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Moda sostenible y la conciencia en el siglo XXI

Solo el 5% del algodón producido en todo el mundo se cultiva de forma sostenible. Detrás de cada prenda que vestimos se oculta un proceso que involucra una gran cantidad de agua y una serie de productos químicos que hacen daño a nuestro planeta. Ante esta realidad, se alza la imperiosa necesidad de que empresas, diseñadores y consumidores, todos nosotros, asumamos un compromiso con el medio ambiente, incluso en nuestras elecciones de moda.

¿Estás listo para descubrir cómo nuestra pasión por la moda puede coexistir con la responsabilidad ambiental? Sigue leyendo y descubre cómo podemos lograrlo.

¿Qué es la moda sostenible?

En un mundo donde cada elección que hacemos cuenta, la moda se alza como un poderoso medio para expresar nuestro compromiso con el planeta. ¿Te has preguntado alguna vez sobre los tejidos que abrazan tu piel o el impacto detrás de cada prenda que eliges? ¿Apoyas la producción en masa o buscas la autenticidad en cada costura? La moda trasciende más allá de la simple apariencia, y en el siglo XXI, se ha convertido en un reflejo de nuestra conciencia ambiental.

Un movimiento transformador ha cobrado vida, liderado por valientes empresas y diseñadores que han abrazado la sostenibilidad como su núcleo. Este cambio radical implica la adopción de nuevos tejidos respetuosos con el medio ambiente, la reutilización ingeniosa de materiales y la producción cuidadosa, casi artesanal. Es un regreso a los valores fundamentales, una búsqueda de un futuro mejor para todos.

Cada compra puede marcar la diferencia, y cada prenda sostenible que elijas es un pequeño paso hacia un futuro más verde.

Por lo tanto, es esencial que las grandes empresas entiendan que si el consumidor no percibe que el proceso de fabricación del producto carece de ética, es poco probable que lo adquiera. Queda mucho por descubrir en relación con los tejidos sostenibles. Conscientes de la transformación que está experimentando la industria de la moda, tanto en el presente como en el futuro.

La filosofía slow fashion

La moda es cada vez más rápida. Si antes el ciclo de vida de una prenda era, como mínimo, de una temporada, ahora esa blusa de volantes que compraste a principio de primavera puede que a principio de abril ya no se lleve. Esta velocidad impuesta por la forma en la que consumimos «casi todo» lo que nos rodea, ha aumentado con la potente subida de las redes sociales y la proliferación de la compra online.

El estilo slow fashion es el estilo de vida de los consumidores del futuro, esta filosofía, también conocida como moda sostenible, es la antítesis de lo conocido como moda industrializada. Una forma de pensar y percibir la moda de una forma consciente, ética y respetuosa con el medio ambiente.

La primera vez que se habló del término moda sostenible o «slow fashion» fue en 2007. Si hasta aquel momento algunos integrantes del sector de la moda habían destinado parte de sus beneficios al cuidado del medio ambiente, entonces, a partir de ahí, empezó a tener una verdadera consciencia de lo que esa aceleración, que cada vez va a más, se ha multiplicado en los últimos años.

Cuando hablamos de moda sostenible en la actualidad, nos referimos a un enfoque que aboga por un consumo y una producción más conscientes. Esto implica el uso de materiales sostenibles como fibras naturales o celulosa, la garantía de salarios justos para los trabajadores y una auténtica preocupación por el medio ambiente. Podríamos considerar esta etiqueta como la convergencia de los movimientos «eco«, «ético» y «verde«. Y, más allá de ser una simple tendencia, es un paradigma arraigado en la moda que llegó para quedarse.

Dale una segunda oportunidad a la moda sostenible

Ya sea adquiriendo prendas de segunda mano, optando por un conjunto confeccionado completamente a partir de materiales reciclados o comprando prendas nuevas a las que los diseñadores han brindado una segunda oportunidad. Un ejemplo reciente es la última creación de Palomo Spain, una colección cápsula confeccionada utilizando un excedente de tela que habían guardado debido a un error de la fábrica ocurrido hace tres temporadas atrás. Ahora, han redescubierto su belleza, demostrando que ‘los tejidos de calidad no necesariamente deben tener una fecha de caducidad’, según explicó el diseñador. Estos son todos gestos que impactan positivamente en nuestra huella medioambiental.